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Involucrar a las partes interesadas en las comunidades de energía ciudadana

La implementación y despliegue de las Comunidades Ciudadanas de Energía tiende a prestar menos atención a las necesidades, comportamientos, motivaciones, requisitos e intereses de los usuarios finales. Dentro del proyecto NEON, se están probando metodologías de Ciencias Sociales y Humanidades para sistematizar acciones de innovación social para garantizar la apropiación de las Comunidades Energéticas por parte de las personas. Se propone un doble enfoque: el estudio de los comportamientos y los impulsos internos de los usuarios finales existentes o potenciales de las comunidades, y los principios y etapas que orientan las estrategias de participación. Este enfoque de vanguardia se implementará en los cuatro estudios de caso de NEON, durante la vida útil del proyecto.

Servicios que se ajustan a los requisitos del usuario final

Para hacer coincidir los servicios de Citizen Energy Community con los requisitos del usuario final, estos últimos se han revelado a través de cuestionarios detallados. Dentro del proyecto NEON, las Comunidades Energéticas son de diferentes tipologías y por tanto tienen usuarios finales de diversa naturaleza; en el municipio de Berchidda (Italia), ciudadanos, empresas corcheras y vitivinícolas y organismos públicos conformarán la comunidad; en Villacañas (España), empresas del polígono industrial Polígono las Cabezas y vecinos del barrio; el complejo residencial Domaine de la Source (Francia) contará con residentes; y el complejo inmobiliario para oficinas Stain City (Francia) será utilizado por los trabajadores. El cuestionario fue diseñado para residentes, trabajadores, autoridades públicas y empresas existentes o potenciales como usuarios finales de las Comunidades Energéticas, para revelar sus comportamientos, prácticas y conciencia relacionados con la energía. Para ello, se relevaron los siguientes aspectos:

  • Tipos de usuarios: Los usuarios son analizados en cuanto a su género, edad o el tipo de persona jurídica o fiscal que conforman como residencial o industrial.
  • Comportamiento energético: Aspectos relacionados con el uso de los aparatos por parte de los participantes o la relación con los edificios (aislamiento, si hay anexos, equipos eléctricos instalados en los sistemas, etc.).
  • Prácticas energéticas: Grado de actuación activa en materia energética a través de aspectos como el conocimiento existente de la tarifa eléctrica, el uso de sistemas inteligentes como contadores inteligentes, etc.
  • Interés por la energía: Análisis del interés que despierta la energía en los miembros de las comunidades como el cambio climático, temas ambientales o energías renovables.

Se recopilaron más de 50 respuestas a cuestionarios de las cuatro Comunidades de la Energía, lo que condujo a la identificación de los requisitos clave de conducción del usuario final de la siguiente manera:

Estrategias para promover el compromiso.

Basada en el diagnóstico sociocultural de los usuarios finales con respecto a la energía, se ha creado una estrategia guía y sistematizada para la participación de los usuarios finales.. Las estrategias de participación son cruciales para involucrar a las partes interesadas, brindándoles la información, los espacios y las herramientas necesarios para liderar el codiseño y la aceptación exitosa de la comunidad. La democratización de la energía gira en torno a proporcionar a los usuarios finales de energía y otros actores locales lo que necesitan para tomar decisiones relacionadas con la energía a lo largo de la cadena de valor y liderar el camino hacia una transición energética limpia y justa. Esto supone un cambio cultural que implica dar más importancia a la energía, y empoderar a las mujeres, las personas de clases bajas, las personas migrantes, las personas en situación de pobreza o con discapacidad, para que se involucren en la producción y consumo eficiente de energías renovables. La consolidación de una comunidad lleva tiempo, encuentros entre las personas, coordinación de los participantes y creación de vínculos.

Para ello, se han definido seis fases clave para: (1) identificar canales y herramientas para sensibilizar y atraer participantes; (2) analizar las dimensiones económicas, sociales y ambientales de las Comunidades Energéticas a través de entrevistas o talleres exploratorios con las partes interesadas; (3) promover la Comunidad Ciudadana de Energía incluyendo los mecanismos legales, organizacionales y de inclusión; (4) poner en marcha talleres participativos co-creativos entre los usuarios finales; y (5 y 6) definir la constitución e implementación de la Comunidad Ciudadana de Energía.

En definitiva, la implementación de métodos, estrategias e innovación desde las Ciencias Sociales y Humanidades ha revelado información crucial y allanado el camino para un cambio sociocultural en las Comunidades Energéticas. El estudio y la estrategia de participación única en su tipo serán la base para un empoderamiento exitoso del usuario final.

Autores: Paula Jiménez, Gonzalo Navarrete, (Traza Territorio)

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